Déficit vitamínico ¿sabes cómo se relacionan con procesos de enfermedades?

Por Dr. Alberto Molás, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition

Por un momento imagina que eres tripulante en un barco mercante a mediados del siglo pasado, viajas en una expedición que ya tiene meses en altamar sin tocar tierra, y estás bajo las órdenes del navegante explorador de la corona española, Fernando de Magallanes. Han pasado seis semanas y algunos tripulantes comentan que sienten debilidad, también notan en sus cuerpos debajo de su cintura se presentan manchas redondas y pequeñas de color rojo, marrón o purpura. Su piel luce acartonada y seca «como una vieja frazada», dentro de su boca las encías presentan hinchazón y sangran con facilidad, dando además un «aliento de muerto».

Sus pies y tobillos se encuentran hinchados, padecen dolor en sus articulaciones, ellos no lo saben, pero sus huesos largos ahora son frágiles y con riesgo de fractura. Ya han pasado 5 meses sin tocar tierra, a bordo de la embarcación nombrada «Trinidad» comenzaron su aventura 62 tripulantes, ahora solo se cuentan 38… Aquellos que perdieron la vida, iniciaron semanas atrás refiriendo «fatiga» y llegaron al ocaso de sus vidas con hemorragias internas, sangrados incontrolables por las fosas nasales y fatal de aire.

Seguro que piensas que, en lugar de un boletín informativo, te estoy presentando un relato inverosímil. La realidad es que ese párrafo tiene información de antiguos escritos provenientes de militares, exploradores, marinos y navegantes del viejo continente. Fue el médico James Lind (1716-1794), quien a través de los años y múltiples investigaciones logró identificar la enfermedad que ahora conocemos como «escorbuto» y se define como un déficit de vitamina C. El profesor Mc. Cord calcula que 2.000.000 de tripulantes y viajeros murieron de escorbuto, convirtiendo esta afección en la enfermedad ocupacional más frecuente en el mar[1].

La vitamina C (ácido ascórbico), es un potente antioxidante, que se asocia con ciertos beneficios, entre ellos favorecer el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, en el proceso de envejecimiento, y en la integridad de vasos sanguíneos, entre otras cosas. La presencia de esta vitamina es requerida para un cierto número de reacciones metabólicas, además de la síntesis de compuestos necesarios para la piel, los tendones y los ligamentos entre otros.

Las vitaminas son sustancias que el organismo necesita, ya que no pueden sintetizarse en nuestro cuerpo con base a otros nutrientes. Por lo tanto, deben de ser adquiridos por medio de la alimentación diaria, procurando grupos de alimentos como lo son las frutas y las verduras.

El ser humano necesita 13 vitaminas para estar sano; cuatro –A, D, E y K– son liposolubles, y el resto, hidrosolubles (complejo B). Así como platicamos de la deficiencia de vitamina C (escorbuto), existen otras enfermedades que tienen relación con la deficiencia de éstas. Los beneficios que encontramos con una adecuada alimentación que incluya todos los grupos de alimentos son por ejemplo mantener la salud visual y favorecer la diferenciación celular gracias a la vitamina A, o la de favorecer la absorción de calcio y el fortalecimiento de los huesos gracias a la vitamina D.

El término vitaminas fue acuñado a principios del siglo pasado, y deriva de la palabra latina «vita», que significa vida. Como te habrás dado cuenta una alimentación deficiente es sinónimo de enfermedad. Para más información visita a un especialista en el área de la salud, quien sabrá guiarte en tu alimentación. Recordando al padre de la medicina, Hipócrates (Cos, c. 460 a. C.-Tesalia c. 370 a. C.) «Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento».

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[1] Carpenter, K. J.: The history of scurvy and vitamin C. I-VIII, 1-290. Cambridge UniversityPress. New York, 1986

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