Por Jan Ryniewicz, director de Marketing de Veeam para Latinoamérica
La movilidad y conectividad han convertido a los datos en protagonistas de nuestra vida. Literalmente, a cada momento estamos generando, viendo, leyendo, buscando o solicitando información; o sea, interactuando con datos: desde que enviamos el primer e-mail mientras tomamos el café de la mañana hasta cuando vemos alguna película en Netflix después del trabajo, pasando por cada servicio de Uber que solicitamos, cada historia que subimos en Instagram, las negociaciones internacionales que hacemos vía videollamada por Skype, los múltiples search en Google, los videos de YouTube y muchas cosas más.
¿Qué tanto nuestro día a día se basa en datos y más datos? El proveedor de sistema operativo basado en nube, Domo, ha contabilizado que en sólo un minuto Google atiende casi 4.5 millones de búsquedas, Giphy provee 4.8 millones de GIFs y Airbnb hace 1,389 reservaciones. Además, en todo el mundo en ese mismo tiempo enviamos 511,200 tweets, 188 millones de e-mails y 18.1 millones de mensajes de texto, hacemos 231,840 llamadas por Skype, subimos 55,140 fotos y 277,777 stories a Instagram, vemos 4.5 millones de videos en YouTube y 1 millón en Twitch, y bajamos 390,030 apps, por citar sólo unos ejemplos.
La información está por doquier, presentada en múltiples formas, empaques y tamaños, y tenerla al instante, de manera efectiva y a través de cualquier dispositivo, es la principal demanda de la humanidad, tanto en el ámbito de los negocios como en la vida en general.
El reto para los enormes centros de datos regados por el planeta, encargados de albergar, proteger y mantener disponible toda esta horda de datos, para quien los solicite en el momento que sea, es inmenso. Más allá de la interfaz tecnológica en la que se nos presenta esta información (sea a manera de texto, imagen, audio, video, etcétera) está la infraestructura tecnológica que hace que este inmenso intercambio sea posible; es decir, la que permite que tengamos, en cuestión de microsegundos, la definición del término que estamos buscando, la ubicación de ese restaurante que nos recomendaron, el precio más bajo del gadget más nuevo, etcétera.
En el ámbito empresarial, esta infraestructura es también vital para que los negocios no se detengan, porque en la era de la transformación digital es necesario que la operación, colaboración y manejo de datos no paren en ningún momento para ofrecer respuesta al ritmo que los clientes, socios y accionistas esperan: antes que la competencia.
Es un desafío mayúsculo considerando que estamos inmersos en un mundo de datos. De acuerdo con Statista1, plataforma global de información de negocios, en 2018 el mundo alcanzó los 33 zettabytes de datos a nivel global, 16.5 veces más que hace apenas 9 años, pero eso no es nada porque la empresa calcula que innovaciones tecnológicas como el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) harán
que hacia el año 2035 la cantidad de datos generados llegue a 2,142 zettabytes (para precisar más, cada zettabyte equivale a 1,000 millones de terabytes). Administrar y mantener seguros todos estos datos será un reto cada vez mayor. En el Reporte de Administración de Datos en la Nube 2019, Veeam destaca que hoy en día una gestión deficiente de los datos cuesta a las organizaciones $20 millones de dólares al año a nivel mundial, y que el 73% de las organizaciones actualmente no son capaces de satisfacer la demanda de los usuarios de contar con un acceso ininterrumpido a datos y aplicaciones. En el caso de México, las cifras aumentan a $23 millones de dólares y 89%, respectivamente, y no es difícil imaginar que, de no hacer algo, los datos serán cada vez más desalentadores.
En esta era dominada por redes sociales, colaboración en tiempo real, negocios globales y movilidad, el cúmulo de datos seguirá multiplicándose, de forma que los data centers empresariales requieren no sólo incrementar su capacidad de almacenarlos y migrarlos según sea necesario, sino ir mucho más allá de eso. Es por ello que ya trabajan en hacerse de una Gestión de Datos en la Nube, la cual garantiza que todos esos datos e interacciones de nuestro día a día seguirán teniendo lugar en tiempo y forma, tendremos acceso a ellos en el instante en que lo requerimos y la información que generamos tampoco se verá comprometida, gracias a los niveles de visibilidad, control, orquestación, integración y automatización que provee. Así que si has pensado en enviar un tweet sobre esto, adelante, puedes hacerlo con confianza.