
Influencers, medios de comunicación y colaboradores de PepsiCo México, se unieron al Voluntariado Hambre Cero para preparar una tinga con pollo y col, acompañada por Tostitos®️ y que debidamente empaquetados los alimentos, llegaran a sus destinatarios.
El evento se llevó a cabo con gran entusiasmo en la sede de Gastromotiva en República de Perú, en el Centro Histórico, donde después de una bienvenida, se dio una explicación a los presentes sobre esta iniciativa y después se procedió a preparar la comida con las debidas medidas de higiene.
De esa manera se hicieron los grupos comandados por el chef del lugar y en otra área se encontraban quienes ponían en bolsas los Tostitos®️ y quienes decoraban los contenedores con mensajes positivos, así que la actividad se convirtió en un acto de compañerismo y solidaridad.
Leonor Quiroz, Directora Sr. de Comunicación e Impacto Social de PepsiCo México, es de la idea de que “la unión hace la fuerza” y mencionó que es importante que las marcas colaboren con iniciativas alimentarias que redunden en apoyo para los grupos vulnerables de nuestro país.
Preciso que el Voluntariado Hambre Cero forma parte de una estrategia integral de Fundación PepsiCo México para combatir la inseguridad alimentaria y mejorar la calidad y el acceso a los alimentos en las comunidades que más lo necesitan y miles de platillos para personas en situación de vulnerabilidad.

Por otra parte, cabe mencionar que desde 2024, la cocina de Gastromotiva es un espacio donde la solidaridad se transforma en acción. Ahí, voluntarios de PepsiCo México dedican horas a preparar y envasar platillos balanceados que han llegado a instituciones como Casa Xochiquetzal, así como Sant’Egidio, Fundación Renacimiento, la Parroquia de la Santa Cruz y la Casa de las Mercedes y los resultados de esta colaboración son de más de 1,600 horas de voluntariado, 14 jornadas de trabajo y cerca de 4,000 comidas distribuidas con Gastromotiva en la Ciudad de México, cuyos representantes explicaron:
“Damos también cursos a las personas de la tercera edad para que aprendan a hacer un producto que después puedan comercializar, por ejemplo, les enseñamos a hacer salsas, mermeladas, galletas, botanas para que puedan tener su propio ingreso. También trabajo digno.
Agregaron: “Nosotros también damos talleres a restaurantes, hoteles y bares. Todo lo que tiene que ver con la industria de alimentos y bebidas, sobre todo derechos humanos laborales, como no desperdiciar comida y como podemos tener salud emocional en el trabajo”
Finalmente los anfitriones de la actividad alimentaria precisaron cómo surgió Hambre cero “es un proyecto que nació en pandemia, porque muchos de las casas hogares y albergues donde los alumnos vivían, empezaron a contactarnos y nos dijeron ‘es que no tengo comida para darles a las personas y estoy triplicando mi capacidad, ¿ustedes nos pueden traer comida?’ y así empezó este programa de cocinas solidarias, ¿Qué hacemos?, entregamos una comida rica nutritiva y balanceada a personas que se encuentran en inseguridad alimentaria, que el día de hoy no saben que comer”.
Texto y fotos: Carmen Sánchez